Carlos Brito, CEO de Anheuser-Busch InBev, ha estado pensando durante mucho tiempo cómo hacer para que el negocio de la cerveza pueda conservar la energía. Se recuerda que en el 2001 fue gerente regional en Río de Janeiro durante una sequía que había reducido la energía hidroeléctrica de las presas de Brasil. Los clientes de Brito, los dueños de cafés y tiendas de comestibles, recibieron la orden de reducir el consumo de energía en un tercio. Tenían que tomar decisiones difíciles sobre qué debían desenchufar. No sabía que elegir, entre las máquinas de café y de sándwich o los refrigeradores donde guardaban la cerveza, para a la final elegir los refrigeradores de helados.
A lo largo de una década la construcción del Goliat de cerveza del mundo, con sus tres marcas globales de Budweiser, Stella Artois y Corona, Brito se ha centrado en la reducción de costes. Su nueva invención la luz verde. Anunció la semana pasada un compromiso para hacer que el valor aproximado de ahorro de energía sea de $ 400 millones con el uso de energía verde del 100% para el año 2025. “En algunos mercados es más barato hacer esta ruta. Tiene sentido en el negocio y reduce el impacto ambiental “.
“Todo se reduce a la energía. Se vincula a todo “, dice. Brito ha creado una conciencia verde a la norma. La empresa compra miles de refrigeradores de cerveza al año, siempre en busca de aquellos con los compresores más eficientes y refrigerantes ecológicos. Su flota de camiones cuenta con cientos de camiones grandes accionado por gas natural comprimido en lugar de diesel. En Argentina se utiliza biodiesel a base de soja. El gigante de la fábrica de cerveza en Houston calienta sus calderas por la quema de metano de los vertederos. Una fábrica de cerveza en el estado de Nueva York ejecuta sus funciones por medio de energía solar.
La compañía afirma su consumo de electricidad es comprado a unos 6.000 giga vatios por hora por año. Eso es similar a operar una planta de energía de carga base 700 megavatios, o volar 5 aviones jumbo durante todo el día. Es suficiente para abastecer a unos 500.000 hogares en Estados Unidos. Brito no duda esto se puede hacer. Y por un costo más bajo de lo que pagan ahora. “Es como todo en la tecnología, es sólo cada vez mejor y más barato con el tiempo. Miran 20 años atrás y el sistema eólico y solar no era competitivo.
Por lo menos durante el tiempo que las tasas de interés se mantienen bajas, AB InBev permitirá a los desarrolladores financiar la energía verde, junto con la promesa de comprar la salida de este tipo de proyectos en virtud de un acuerdo de compra de energía. La belleza del modelo de PPA es que no requiere ningún desembolso de capital por AB InBev, la cual simplemente contrato el promotor eólico para comprar una cantidad fija de energía durante un largo plazo, por lo general de 20 años. Para llegar a ese número de 700 MW, Brito necesitaría la salida de 10 de estos parques eólicos de Iberdrola, además de una montaña de baterías. Esto es factible.
